Recuerdo muy bien a los telépatas de la serie Babylon 5, con un poder tal que podían pelear simplemente usando sus mentes. La raza humana se encuentra todavía muy lejos de alcanzar ese nivel evolutivo, pero algunos creen que el camino se podría hacer mucho más corto con la intervención de la tecnología. Ya hemos mencionado algunos ejemplos sobre la telepatía tecnológica, pero este experimento llevado a cabo en el Instituto de Investigación de Sonido y Vibraciones de la Universidad de Southampton es uno de los más tangibles que se ha llevado a cabo hasta ahora. La prueba, liderada por el doctor Christopher James demuestra, si bien de forma bastante rudimentaria, que la comunicación directa entre dos cerebros es factible.
Una persona se encuentra "conectada" al ordenador a través de una interfaz "ordenador-cerebro" compuesta por varios electrodos y un amplificador EEG. Esta persona genera una transmisión binaria que es recogida por el ordenador y transmitida a través de Internet. En el caso de la prueba, esta persona imagina que mueve el brazo izquierdo, generando así un "0", y luego el brazo derecho, generando un "1". Del otro lado, una segunda persona que también está conectada con electrodos y un amplificador, recibe esta transmisión a través de una lámpara LED. La lámpara LED parpadea en dos frecuencias, diferenciando así los unos de los ceros. Si bien el parpadeo de la lámpara LED es demasiado sutil para poder ser interpretado por un ser humano, es detectado por los electrodos a través de la corteza visual de la segunda persona. Los electrodos envían la información recibida a través de la lámpara LED a un segundo ordenador, y el mensaje de unos y ceros es decodificado a la perfección.
Las interfaces cerebro-ordenador no son nada nuevo, pero el experimento deja bien claro el hecho de que una conexión cerebro-cerebro es posible. Por supuesto, en este momento sólo se pueden interpretar unos pocos unos y ceros, pero nadie niega que con los avances necesarios se podría enviar información mucho más compleja. Lo más sorprendente de este método es que la segunda persona que recibe el mensaje ni siquiera conoce su contenido hasta que es decodificado por el ordenador, utilizando como puente a la capacidad visual. En otras palabras, un "recolector" del pensamiento del otro. El potencial de esto es muy grande, especialmente entre personas con serias discapacidades que no puedan permitirse un mínimo gesto de expresión. Con ayuda de los ordenadores podríamos saber qué piensan estas personas, y hasta entablar una conversación con ellas.
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