Nadie duda que Japón es el país en que más importancia se le da a la robótica. Tiene su lógica: esa nación fabrica más del 50% de los robots que se utilizan en todo el mundo. Por eso no es raro que la mayor exposición internacional de robots se celebre justamente en Japón. La IREX 2009, que comenzó el miércoles 25 de noviembre y finaliza hoy, ha servido de escaparate para exhibir los modelos mas curiosos y avanzados que la industria robótica de todo el mundo ha creado en los últimos meses. Según la Asociación de Robótica de Japón, se calcula que el mercado para los robots dedicados al sector servicios será de unos 15.000 millones de dólares en 2015. En la feria participan casi 200 empresas, todas interesadas en quedarse con una porción de tan apetitoso pastel.
Es difícil determinar cual fue el mejor o más llamativo robot que se presentó en la muestra. La verdad es que resulta sorprendente la forma en que esta industria se supera a si misma cada año. De hecho, fue un robot el encargado de cortar la cinta de acceso al salón de exposiciones durante la ceremonia de inauguración. Entre los modelos que mas admiración despertaron por parte del publico se encuentra los del tipo humanoide, que en el último año mejoraron sus “sentidos” gracias a los avances en el desarrollo de sensores eléctricos. “Hiro”, por ejemplo, es un robot creado por la empresa nipona Kawada Industries, que gracias a las cámaras de sus “ojos” es capaz de reconocer colores y formas. Gracias a estas características y a un sistema operativo de tiempo real, Hiro puede identificar a las personas por su rostro.
Otro modelo que asombró a los visitantes fue el Robot Ping Pong, un androide al que resulta bastante difícil ganarle un partido a ese juego. Otro artefacto interesante es Herby, un muñeco con forma de bebé que posee sensores capaces de medir la frecuencia de los latidos cardiacos o efectuar un electrocardiograma de quien lo estreche contra su pecho. Seguramente será utilizado para tratar con niños, sobre todo aquellos que son poco amigos de someterse a exámenes médicos. En el mismo grupo se encuentra Paro, una foca de peluche cuyos sensores y motores incorporados le permiten comportarse como si fuera un animal real, moviéndose, emitiendo sonidos y reaccionando a estímulos.
Hoy, al finalizar la feria, se entregará el galardón al Robot del Año, un premio que en ediciones anteriores ha sido otorgado a un robot capaz de limpiar un edificio de oficinas moviéndose de piso en piso. Seguramente mañana tendremos el nombre y las características del ganador.